Nuestro viaje empieza a tocar fin, después de ver los buitres leonados en Monfragüe (AQUÍ), un pelín de ciudades culturales como Mérida y Cáceres (AQUÍ) y algunos cerezos en flor en el maravilloso Valle del Jerte (AQUÍ), ya solo nos queda poder ver algo más de naturaleza y no podemos marchar sin ver la Garganta de los Infiernos puesto que la ruta sale de nuestro mismo camping.
Situada en el Valle del Jerte, esta reserva natural está comprendida entre la vertiente noroeste de la Sierra de Tormantos, la vertiente suroeste de la Sierra de Gredos y el río Jerte.
En la zona se pueden contemplar numerosos saltos de agua y cascadas, así como las marmitas gigantes de la zona conocida como Los Pilones.
Se puede visitar en cualquier época del año, de hecho cada temporada tiene su propio encanto los meses lluviosos el caudal del río es más voluminoso y por tanto los Pilones presentan su mejor versión, en primavera el Jerte tiene sus cerezos en flor, y en verano podemos darnos un bañito en las pozas.
Desde el Centro de Interpretación parten dos rutas de senderismo señalizadas que recorren la Garganta de los Infiernos.
La ruta principal está señalizada en amarilla y blanca, es circular y tiene unos 16 km con una duración de unas 6 horas. Es una ruta bonita, que recorre el interior de la reserva natural y que permite contemplar paisajes y rincones muy representativos de la flora y fauna de la Garganta de los Infiernos.
Sin duda la más recorrida es la ruta hacia Los Pilones, una ruta sencilla que se puede hacer incluso con niños.
La zona de Los Pilones constituye un paisaje peculiar y muy llamativo. La erosión del agua ha excavado grandes pozas en la roca, que reciben el nombre de marmitas gigantes.
Dejamos atrás esta zona para poder ir de regreso al camping y de ahí ya toca volver a casa, hasta otro año donde podamos volver y seguir visitando los rincones que nos han quedado pendientes en toda esta zona.
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