Hoy toca coger la bicha e ir a visitar la capital de Extremadura: Mérida. Después del día de ayer en Monfragüe y la naturaleza (AQUÍ), hoy nos vamos de urbanitas.
Como ya sabrás destaca el legado romano, así como el gusto por el tapeo y el buen comer. Otro atractivo es que al ser una ciudad pequeña puedes recorrerla a pie y disfrutar así mucho más de ella.
Para empezar, no hay duda que lo primero es ver el Teatro y Anfiteatro situados justo en el centro y en un mismo recinto. Puedes comprar la entrada para la hora que te vaya mejor pero ten en cuenta la calor y las pocas sobras que hay si estás en verano.
Al entrar vas siguiendo la ruta que indican las señales y te topas con el Anfiteatro, puedes subir a las gradas y observar lo bien conservado que se encuentra todo y puedes imaginar las luchas de gladiadores que en su día acontecieron.
Algún gladiador puede salir en cualquier momento a la temida lucha.
Una vez sales del Anfiteatro el recorrido te lleva al Teatro romano de Mérida, de gran tamaño y excelentemente conservado.
Aquí cada verano se celebra el Festival de Teatro Clásico de Mérida, así que si tienes ocasión ya sabes qué plan hacer.
Sobre la entrada puedes optar por varias opciones en función de tu interés y de lo que vayas a visitar, te comento las opciones:- Conjunto Monumental con guía para Teatro y Anfiteatro: 21.5€
- Conjunto Monumental sin guía: 16.5€
- Teatro y Anfiteatro con guía: 17.5€
- Teatro y Anfiteatro sin guía: 12.5€
El Conjunto Monumental incluye:
- Teatro Y Anfiteatro romano
- Alcazaba
- Casa del Mitreo y Área Funeraria de los Columbarios.
- Cripta Arqueológica de Santa Eulalia
- Área Arqueológica de Morería
- Casa del Anfiteatro
- Templo de Diana
- Circo romano
Optamos por tapear algo en las terrazas de la calle J. Ramón Mélida y de ahí seguir ruta hacia el Templo de Diana.
Se trata de un templo de culto de la época de Augusto que se encuentra en una gran plaza. Se conserva muy bien puesto que en su día fue adquirido por un noble que lo reconvirtió en un palacio renacentista.
Siguiendo hacia el río Guadiana, encontramos la estatua de la Loba Capitolina, de Rómulo y Remo. La estatua original se conserva en los Museos Capitolinos de Roma, esta es una copia que fue donada por la ciudad de Roma a Mérida en 1997.
Ya a orillas del río, vemos la Alcazaba de Mérida, una fortaleza defensiva musulmana que es la más antigua de la Península. Se puede entrar a sus murallas y contemplar el Puente Romano que cruza el río.
Por el Puente se puede dar un tranquilo paseo, paree increíble que después de tantos años siga teniendo uso. Incluso se puede bajar a los márgenes del rio a sentarse un rato y ver a los residentes como lo usan como pista de running habitual.
Seguimos paseando para ver el Ayuntamiento de Mérida. De estilo neoclásico, es uno de los edificios emblemáticos que se encuentran en la Plaza de España.
La Plaza de España fue ordenada como tal por los Reyes Católicos ha servido para hacer mercados, para situar las fuentes de agua corriente, estrado para funciones teatrales, marco de ajusticiamientos, lugar donde el pueblo recibía a los monarcas, etc.
Destaca la fuente neobarroca de mármol de finales del siglo XIX obra de un taller lisboeta.
Decidimos dejar la ciudad e ir hacia nuestro camping pasando por Cáceres a la vuelta.
Cáceres figura como una de las ciudades españolas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y una vez llegas entiendes que el título está más que merecido. De hecho nos apenó haberle reservado sólo medio día a esta ciudad puesto que sin duda merece muuuuucho más.
Los orígenes de Cáceres se encuentran en el campamento romano de Norba Caesarina, uno de los muchos puestos que servían de apoyo a las tropas romanas en la provincia de Lusitania. La ciudad estuvo tranquila hasta el siglo después del descubrimiento del Nuevo Mundo por Colón, cuando muchos de sus habitantes partieron en busca de fortuna, la encontraron en las Américas y regresaron como hombres ricos.
Las torres de palacios, iglesias y conventos del casco antiguo o ciudad monumental de Cáceres son en parte el legado de ese espectacular boom.
Visitando la ciudad te das cuenta que está dividida en dos de manera muy marcada: por un lado la ciudad moderna en la parte baja (sin encanto) y por el otro lado el casco antiguo custodiado por murallas y torres.
Empezaríamos la ruta en la maravillosa Plaza Mayor, el punto neurálgico de la zona. Rodeada por maravillosas fachadas, excelentes puntos para tomarte algo y disfrutar del vaivén de la gente, y presidida por el Ayuntamiento de la ciudad. También asoman edificios como las torres de la Hierba y de los Púlpitos y la imponente Torre de Bujaco.
La Torre del Bujaco es una fortificación que protege el lado noroeste de la ciudad. El nombre se cree que se debe a una deformación del nombre del constructor Abu Ya'qub (Jacob)
Guardando la entrada al casco histórico de la ciudad está el Arco de la Estrella, una puerta de acceso incrustada en la muralla medieval y el acceso más importante.
No muy lejos está la Concatedral de Santa María, en nuestro caso no entramos dada la hora, pero nos hubiera gustado visitarla y haber subido al campanario a gozar de las vistas.
También están el Palacio de los Golfines de abajo y el Palacio de los Golfines de arriba.
Seguimos ruta para ver la espectacular Iglesia de San Francisco Javier de estilo barroco.
Vamos ascendiendo por las pintorescas calles que forman la judería o barrio de San Antonio. Casas encaladas, estrechas calles empedradas, ambiente tranquilo, un barrio escondido en una pequeña zona de terreno inclinado detrás de las murallas de la ciudad morisca.
Se acabó nuestra visita a esta hermosa ciudad, nos quedamos con ganas de bastante más y nos hacemos la promesa de volver.
Mañana tocará cambiar de ambiente e irnos a ver Plasencia como previa a nuestro nuevo camping en pleno Valle del Jerte. Os lo explico AQUÍ
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