Nos dirigimos hacia nuestro segundo objetivo del viaje: poder ver el Valle del Jerte y sus cerezos en flor.
Hacemos una paradita técnica en Plasencia donde descubrimos la tapa "la palomita" (ensaladilla rusa encima de una corteza) y un vinillo Habla del Silencio que también hemos repetido en varias ocasiones.
La ciudad tiene mucho para enseñar: desde ser una de las seis ciudades nacionales que pueden presumir de tener dos catedrales, visitar la muralla, el ayuntamiento, la plaza mayor donde vas a dedicarte a tapear, el Palacio de Mirabel, el teatro de Alkázar etc.
Con la barriga llena, salimos ya hacia el Camping Valle del Jerte (AQUÍ) que será nuestro campamento base desde donde recorrer la zona y desde donde iremos a las excursiones elegidas.
Los mayores del lugar nos informan que este año los cerezos van tarde y que por tanto la semana siguiente sería la mejor opción para ir a verlos, pero no disponemos de una semana para quedarnos :-( así que nos conformaremos con lo que encontremos.
La ruta va transcurriendo en algunos momentos paralela a rio Jerte que baña el valle.
Todo el valle tiene rincones que son preciosos y donde se va alternando sombras y sol, amplios campos y zonas abiertas que te llevan la vista al horizonte.
Y aunque no está lleno, no está repleto de árboles que pintan el valle totalmente en blanco, los cerezos son una maravilla.
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