Tal y como reza en las guias, nadie podía haber inventado La Habana. Demasiado atrevida, contradictoria, decadente y en algunos casos ruinosa; pero aún con sus 50 años de abandono, sigue siendo una ciudad digna de visitar y de poder mirar algo más allá de sus primeras (o quintas) arrugas para poder ver su belleza.
Lo mejor que tiene esta ciudad es sin duda su gente, su animada gente con la que puedes charlar y pronto se sentaran contigo a explicarte su peculiar manera de vivir y de enfocar temas que seguramente nosotros no entendemos.
Tal y como dijo un cubano que conocí hace muuuchos años: nosotros tenemos todas las penas, pero vas al Malecón cargados de verdades, mentiras y sueños y allá todo se pasa y acabas creyendo tus propias historias.
La propia ciudad es como su gente, un espíritu de supervivencia la invade, la llena de infatigable energía que puede con esas paredes medio derruidas de sus edificios.
Sobre donde alojarse en La Habana, ya hablamos en otros post de Cuba (AQUÍ). Como sabreis ya, uno puede elegir las casas privadas que tienen permisos para alojar a turistas o bien hoteles de la zona que también son otra de las opciones y que en La Habana hay varios, así como Hostales Boutique. Os recomiendo mirar todas las ocpiones y decidir.
Sobre el número de días para ver la ciudad es relativo. Para mi un mínimo de 3 sería necesario para ver lo imprescindible. Quizá para hacerse una idea lo mejor es realizar alguno de los freetours que ofrecen en la ciudad donde acabas pagando la voluntad. Como ya he dicho en varios post , soy muy fan de los freetours y de hacerlos el primer o segundo día que estás en la ciudad para coger una idea general y repetir aquello que te ha encantado o aquellos otros lugares que el guía seguro te recomienda.
Otra buena manera de hacer un aperitivo de la ciudad y de una forma absolutamente diferente es alquilar una ruta con estos maravillosos coches clásicos de La Habana. Te irán explicando historias del todo interesantes sobre el funcionamiento de este país, además tendrás la oportunidad de este paseo único.
El Paseo Martí es uno de los puntos para alquilar alguna de estas bellezas pero verás "almendrones" que es como se les conoce por aquí, por toda la ciudad y a todas horas.
Y sí, escucharás en mil sitios no fiarse de los cocotaxis, pero si tu pactas el precio antes de salir, no me digas que no es una buena manera de ver algo de la ciudad y de poder sentir su viento en tu cara. La experiencia para mi fue divertida y la repetiría sin duda.
No dejes de visitar La Plaza de la Catedral, que como su nombre indica acoge a la Catedral de La Habana. Esta catedral de estilo barroco destaca sobretodo por sus torres desiguales, un curioso detalle que también encontraremos en Cienfuegos.
Y esto sigue con plazas, y es que en esta ciudad hay un cuarteto de plazas que acogen buena parte de la vidilla y actividad. La Plaza de las Armas acoge el museo de la ciudad y el fuerte más antiguo de La Habana.
El Castillo de la Real Fuerza se encuentra en el extremo que da a mar y es una de las fortalezas en pie más antiguas de toda América. El castillo está rodeado de un impresionante foso que vale la pena visitar.
La Plaza de San Francisco de Asís se encuentra mirando hacia el puerto de La Habana. Restaurada a finales de la década de 1990 destaca por sus adoquines y su fuente de los leones de mármol blanco.
Es esta plaza se encuentra el Museo de Ron, de la fundación Habana Club.
Encontramos la Catedral ortodoxa Nuestra Señora de Kazán y también la Iglesia y Monasterio de San Francisco de Asís que da nombre a la plaza.
No muy lejos está la Plaza Vieja, una maravilla y un remanso de paz donde sentarse en una de sus terrazas es un placer casi obligado.
Por la noche está llena de ambiente, bares y ocio nocturno donde los músicos no paran de sonar al estilo cubano y te invitan a bailar un rato mezclándote son los locales que harán que te des cuenta de lo mucho que nos queda por aprender en esto del disfrute.
Es graciosa la escultura de bronce que destaca en esta plaza. Su autor, Roberto Fabelo, indica que en ese imponente gallo ha querido representar la hombría, el "macho" en lenguaje popular que a pesar de su gallardía lleva montada una mujer desnuda y que no muestra vergüenza por ella, indicando el poderío femenino de forma simbólica.
Si no quieres perderte el ambiente habanero, debes dedicar un buen ratito a pasear por las calles de Habana Vieja. Recorre la calle Obispo y deja que la música callejera te conquiste; mueve tus pies por la calle de Los Oficios y sonrie al ver el ajetreo de locales, turistas y voces alegres por todos lados; vete a las viejas tiendas de la calle Mercaderes; mira los viejos coches americanos circular por el batiburrillo de callejuelas que se desordenan a tu alrededor.
Dile adiós a cualquier tipo de dieta y relájate un ratito en la famosa Bodeguita del Medio, un lugar emblemático y una genial opción para un mojito y para probar algo de comida local bien hecha.
Callejeando puedes llegar al edificio Bacardi, un ejemplo de art dêco muy bien acabado y que en época normal por 1 CUC se puede subir a la torre para gozar de una espléndida panorámica (nos tocó post covid donde esta opción permanecía todavía cerrada)
Nos vamos para el centro Habana donde podemos visitar el Museo Nacional de Bellas Artes, uno de los mejores de todo el Caribe. No te pierdas la mejor lección sobre historia cubana entrando en el Museo de la Revolución, esto no te lo explicarán en los libros.
Aunque el nombre oficial es el Paseo Martí, la realidad es que todo el mundo le llama por su antiguo nombre "Prado"
En uno de sus lados se encuentra el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, muy prestigioso internacionalmente.
Como final de este paseo encuentras el recientemente restaurado Capitolio Nacional, uno de los edificios más ambiciosos de la ciudad, construido con el boom del azúcar tras la I Guerra Mundial. Aunque recuerda al capitolio de USA (un poco más grande por aquello de que yo gano), la realidad es que aseguran haberse inspirado en el Panteón de París.
A unas calles encontramos la entrada a uno de los barrios chinos más surrealistas del mundo, su principal característica es que carece de chinos. Su principal calle sería la calle Cuchillo y de ella salen colindantes que albergan resturantes, tiendas y casas.
Y si en un extremo del Paseo de Martí o Prado encontrabamos el famoso Capitolio, el otro extremo no se queda corto en cuanto a importancia pues ahí nace el evocador paseo marítimo de La Habana: El Malecón.
En su inicio, justo donde las olas rompen, se situa el Castillo de la Punta, construido para proteger las bahía de la Habana. Son las fortificaciones de la ciudad junto con el Morro y la Fuerza.
Es aquí donde se inician los 7 km de largo que hay para recorrer una de las avenidas más conocidas de la ciudad: el Malecón. Punto de reunión de amantes, filósofos, pescadores, nómadas y melancólicos que miran hacia Florida.
Su ambiente se mezcla con el pasar de los veloces coches que ensordecen las conversaciones. El atardecer del Malecón es la mejor hora para ver las luces del cercano barrio del Vedado.
Los edificios colindantes, luchan su peculiar batalla contra la corrosión del océano, en una ciudad donde preservar edificios es una hazaña, los que se encuentran de cara al Malecón son héroes de guerra.
El amplio barrio de Vedado, fue en otro tiempo territorio de la mafia: discotecas, casinos, vida nocturna en general y algunos de los hoteles más destacados de la ciudad.
Dentro de este barrio destaca la necrópolis Cristóbal Colón, del cementerio principal de la Habana y uno de los más grandes de Europa.
Uno de los símbolos de grandeza es el famoso Hotel Nacional, construido en 1930 y a día de hoy un emblema arquitectónico de la ciudad. En 1946 y bajo la apariencia de concierto de Frank Sinatra, en este lugar se celebró la mayor reunión de miembros de la mafia norteamericana.
Se puede visitar el Parque Lennon, la estatua del famoso músico está algo raruna. Fidel Castro la destapó en el 20 aniversario de la muerte del artista en el año 2000. Si os preguntaís que hace Lenon sin gafas, la historia tiene su gracia. Al parecer se robaron varias veces y hartos de eso, decidieron poner un vigilante a quien si le pides el tema con cierta gracia, te saca las gafas y las coloca para que puedas hacer una foto más realista.
Y llegamos al plato principal de la zona con la Plaza de la Revolución. Se trata de la plaza más grande de la ciudad, una inmensidad que recoge diversos monumentos que dan una visión global de estampa típica comunista.
Rodeada de edificios grises y mastodónticos, hoy en día se situa la sede del Gobierno cubano y es el lugar de celebración de grandes concentraciones políticas. Desde esta plaza Fidel hablaba al pueblo y las cámaras de televisión retransmitían sus interminables discursos.
En la fachada del Ministerio de Interior se situa el famoso mural del Che Guevara, con las palabras "Hasta la Victoria Siempre"
En 2009 se añadió la imagen del guerrilero Camilo Cienfuegos en el edificio de telecomunicaciones colindante con el lema "Vas bien Fidel" y así dió el broche final a la imagen actual de la plaza.
El monumento Memorial a Jose Martí, situada en el centro de la plaza y con su titulo de record de ser la estátua más alta de La Habana, y es que aquí todo huele a demostración, a que los demás vean y a ese "yo la tengo más grande y más larga" que tanto gusta a los extremos (sean de donde sean).
Dentro de nuestra experiencia de freetour, cogimos un ferry para cruzar la bahía de La Habana hasta el barrio pesquero de Casablanca.
En la falda de la loma, a los pies de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, se encuentra el famoso Cristo de la Habana, una enorme escultura de mármol blanco.
Las vista hacia la ciudad desde este lado son diferentes y peculiares, muchos son los locales que se desplazan hasta aquí para verlas.
Sobre gastronomia en la época que fuimos fue algo complicado encontrar lugares que ofrecieran una variedad de platos que sea digna de mención, pero la creatividad cubana hace que al final puedas ir encontrando opciones de las que disfrutar.
Comentar que tienes dos tipos de establecimientos: los resturantes que como todo popr aqui, tienen que ver con el gobierno; y los paladares que son luegares privados de pequeños emprendedores
Visitamos el Restaurante Al Carbón con excelente carta y una terraza tranquila e ideal, el Paladar Los Mercaderes que tembien fue una gozada (si dejo de lado el cocktail con hielo que te dan para beber y que te parece muy caribeño y cool pero que luego mezclarlo con un arroz caldoso bien calentito es una combinación bomba), en la época que fuimos el restaurante o'reilly estaba petado de gente y era casi imposible entra pero tenía una carta bastante buena. Seguro que callejeando encuentras tu mejor opción pues estos años el cambio de locales está a la orden del día y la crisis ha hecho que el mapa de oferta de esta ciudad vaya cambiando.
Otra idea brillante para hacer en La Habana es callejear, dia y noche pues la noche siempre tiene sonidos que te van a llamar la atención. La calle Obispo, la calle Mercaderes, las plazas que ya he mencionado en la zona vieja...todo está animado y todo tiene algún rincón peculiar.
Y ya nos despedimos de la ciudad para seguir ruta a otros lugares que no podemos perdernos, porque Cuba tiene mucho que ofrecer.
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