11 de octubre de 2020

Puente del 12 de octubre en Francia: Nimes

Seguimos nuestra pequeña ruta. Después de haber ido a ver la Reserva Africana de Sigean (AQUÍ) y de haber pasado por Béziers (AQUÍ); le toca el turno ahora a Nimes

Esta pequeña ciudad de 150.000 habitantes en Languedoc-Roussillon tiene diversos atractivos para ser digna de ser visitada, pero sin lugar a dudas lo que más destaca es su legado romano. No en vano se le conoce como la Roma francesa.


En la época del Imperio Romano fue una importante colonia y lo mejor es que a día de hoy dispone de varios monumentos con un excelente estado de conservación como el anfiteatro la Arena de Nimes , el templo Maison Carrée, los Jardines de la Fontaine o la Torre Magna.

Nos instalamos en nuestro hotel, repetimos con los Ibis, esta vez situado justo delante de la estación de trenes.


Emprendemos ruta por la Avenue Feuchères, que está justo delante y que tiene unos estupendos bancos para sentarse a ver como los niños juegan a hacer carreras de hojas en las fuentes. Todo este paseo tiene en su lateral unas "piscinas" que arrastran el agua que sale de la parte superior de esta avenida donde se encuentra la fuente Pradier.


Esta fuente está situada en el centro de la explanada Charles de Gaulle. Tallada en mármol está situada aquí desde 1845. La estatua representa a Nimes la bella, si os fijáis en su cabeza lleva tallada una Maison Carrée y además aparece rodeada por 4 ríos: dos náyades (la fuente Neumasa y La fuente del Eure) y dos colosos con músculos protuberantes (el Ródano y el Vidourle)


Desde aquí ya tenemos unas fantásticas vistas a el anfiteatro Las Arenas y a algún monumento que recuerda alguno de los usos que ha tenido que son las corridas de toros de las que la ciudad se sienten muy orgullosos.


Por fuera es realmente impresionante, pero el interior veréis que es casi mejor. Capaz de albergar unos 25000 espectadores de la época y en un excelente estado de conservación, esta sería una de las visitas imprescindibles de la ciudad y que ayudan a considerar esta ciudad una joya de la historia romana. Ni las guerras religiosas, ni la II Guerra Mundial, ni la Revolución francesa consiguieron destruir el legado histórico de esta ciudad, convirtiéndola a día de hoy en una buena ciudad de vida mediterránea para visitar en Francia.


Para visitarlo puedes comprar la entrada en el propio anfiteatro, te recomiendo que mires los diferentes tipos de entrada combinada que existen por si deseas ver algo más en la ciudad. En nuestro caso cogimos entradas combinadas de Les Arenes+ Maison Carrée+Torre Magna y el precio era de 13€ para adultos y gratis los peques.

Puesto que es hora de comer y aquí el horario es algo europeo (aunque tengas tapas al estilo español por todos lados, los horarios son algo distinto). decidimos buscar mesa en alguna de las animadas terrazas de los restaurantes de la Place du Marché.


En esta plaza el escultor Martial Raysse quiso representar el escudo de armas de la ciudad que es un cocodrilo atado a una palmera que emula la conquista de Egipto por las tropas de César en el año 31 antes JC.


Ahora ya tenemos la fuerza necesaria para empaparnos de imperio romano. Entramos a Las Arenas, impresiona saber que estás entrando al anfiteatro que se conoce como el mejor conservado del mundo, tanto es así que a día de hoy se usa para corridas de toros, para conciertos y para varios eventos culturales.


Con la misma entrada te proporcionan audio guías para poder ir haciendo el recorrido por los diferentes puntos y los pisos a los que puedes ir accediendo, sus gradas, sus galerías, sus vomitorios e incluso tocar su arena.


Consta de 35 gradas que se organizaban por categoría social, con una excelente visibilidad.


En la arena del circo parece que veas los gladiadores jaleados por el público que esperan ansiosos que empiece el show. En la audio guía explican también algo de historia de los gladiadores, desde su profesionalidad en los inicios a los presos u otros que estuvieron obligados a seguir con el espectáculo muy a su pesar.


Justo delante hay un edificio bastante curioso que es el Museo de la Romanidad, me resultó curioso como una fachada tan moderna alberga contenido histórico. Hay alguna combinación de entradas que incluye también este museo, en nuestro caso nos pareció demasiado y no lo visitamos.


Ascendemos por el boulevartd Victor Hugo, una amplia calle comercial, hasta llegar a Maison Carrée. Se trata de un templo romano, excelentemente conservado, parece que lo hubieran hecho hace una semana.


Desde la Edad Media el edificio ha tenido múltiples usos: ayuntamiento, iglesia, establo, centro de archivos, etc. 
La entrada que tenemos incluye visitar el interior y así lo hacemos. La sorpresa es que en su interior lo que hay es una proyección de como se creó el templo y de la importancia de Nimes para la época romana. Es curioso ver como abiertamente hablan de como el héroe en cuestión se unió a los soldados romanos y ayudó a derrotar a las tribus de la zona, es decir que un poco traicionerillo sí que fue.

Seguimos haciendo recorrido por el centro de la ciudad, sin mucho rumbo fijo. Por la Avenida du Général Perrier que es bastante comercial, llegamos a la Place de l'Horloge donde está la Torre del Reloj.


En esta misma plaza hay una pastelería donde seguramente os cueste no entrar y probar alguno de sus dulces, el escaparate hace que te de hambre sólo asomarte.


Seguimos por la Rue de la Madeleine hasta llegar a  la Catedral de Nimes, que por horario ya no podemos visitar.


La rodeamos para continuar ruta hacia la Place du Chapitre, nuevamente con interesantes puntos de agua  ideal niños.


Seguimos caminando hacia el Boulevard Almiral Courbet, una amplia avenida donde primero optamos por ir hasta la Iglesia de San Baudilio.

Imagen obtenida de Google

Puesto que estamos empapados de arte y cultura romana, decidimos cambiar de tercio y meternos en un pub irlandés a beber algo de cerveza. Os dejo aquí el enlace del O'Flaherty's. Ya sólo nos queda enlazar con la cena que la hacemos bastante cerquita, eso sí, después de haber dado unas cuantas vueltas para volver allí mismo. En este caso al Pizza Papa donde alguien acaba comiendo una extrañísima pizza de ensalada jejeje

Al día siguiente dedicamos la mañana a visitar lo que nos ha quedado por ver. Nos costó BASTAAAANTE conseguir un lugar para desayunar, El motivo es que al parecer los lunes es el día que cierran muchos lugares de desayuno

Aparcamos la furgoneta a las puertas de los Jardines de la Fontaine.


Se trata de los primeros jardines de carácter público abiertos en Europa. Se crearon en 1745 por petición expresa del rey de Francia Luís XV y después de varias transformaciones continúan abiertos para el disfrute de los visitantes.


Puesto que hace un día genial, decidimos subir andando hasta nuestro último punto a visitar: la Torre Magna.

El trozo de torre que se conserva formaba parte de una imponente torres que dominaba la ciudad desde el monte Cavalier. Levantada en el año 15 a.C. y formaba parte de las murallas que protegían la ciudad.


A día de hoy se puede ascender por unas escaleras no muy aptas si sufres de vértigo y desde arriba puedes disfrutar de unas preciosas vistas.


Llega el momento de despedirse de la ciudad y comenzar la ruta de vuelta a casa, pero antes no podemos dejar de darnos un homenaje en forma de  ostras del mediterráneo en la zona de Leucate.


Esta pequeña localidad al sur de Francia afectada por el famoso viento de tramontana, permanece medio virgen con algún camping desperdigado y algunos apartamentos de alquiler.


El principal atractivo además del surf, es comer ostras, mejillones, gambas todo ello bien crudito a buen precio y de mucha calidad.


Se pueden ver varios viveros dedicados al cultivo del molusco. El puerto ocupa un par de calles de no más de 300 metros donde un chiringuito se sitúa al lado del otro para ofrecer el mismo tipo de comida y buen vino para regar el tema.


Remarcar que no se cocina, los fogones no están presentes y por tanto si vais con peques tened la previsión de llevar algo por si no son muy amantes del marisco crudo. En nuestro caso así lo hicimos y no nos pusieron ninguna pega, el resto íbamos a comer y beber lo suficiente como para que no les molestase :-)




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