1 de abril de 2018

Semana Santa en Budapest. Día 3: Barrio Judío, Víziváros y Colina del Castillo

Hoy decidimos seguir la ruta a pie de Lonely Planet por Erzsébetváros y el Barrio Judío. Vamos del apartamento hasta Lizst Ferenc ter, una calle peatonal llena de cafeterías y restaurantes que tanto por el día como por la noche está muy animada. A final de la calle está la Academia Liszt con su estilo art nouveau de 1907, se trata de una sala de conciertos y academia de música que entre los entendidos parece que tiene mucho renombre.


El recorrido te va mostrando algunos edificios interesantes, lejos de las impresionantes y arregladas fachadas de las calles principales.
Caminamos por Csányi utca hasta llegar a Dob utca donde se llega al corazón del antiguo barrio judío. El Klauzál tér, es el espacio abierto más grande de la zona. Hay un parque infantil, algunas mesas de ping pong, bancos para sentarse y algunas cafeterías. Cabe decir que a según qué horas está bastante lleno de gente que duerme en la calle y puede ser poco indicada para relajarte con un peque. La zona conserva un aire de la Budapest de precontienda. Empezamos a ver también las primeras tiendas kosher (carnicería, panadería, etc) No muy lejos está el Klauzál Tér Market Hall aunque en nuestro caso no fuimos pues nos habían indicado que no tenía mucho de peculiar.


Continuamos ruta por el barrio, la calle Dob u al igual que las pequeñas calles que salen de ella, tienen un aspecto antiguo.


Esta zona tiene bastantes locales de arte, pintadas por muchas de sus paredes, exposiciones varias, tiendas de autor, algún mercadillo interesante que encontramos más adelante.


Llegamos hasta la Sinagoga Ortodoxa, construida en 1913 según un diseño muy moderno para la época.


Continuando algo más por esta misma calle y subiendo por Holló utca para girar a la derecha, encontramos un tramo de 30 metros del original muro del gueto reconstruido en 2010 y justo delante hay varias lámparas y piedras votivas en honor a las víctimas del Holocausto.
No muy lejos está el pasaje Gozsdu udvar, una zona de ocio, mercadillo, restaurantes y uno de los mejores destinos nocturnos de este distrito.


Después de haber comprado alguna fricada en las peculiares paraditas, volvemos a Dob utca, en el úumero 12 hay un atípico monumento antifascista a Carl Lutz, cónsul suizo que facilitó documentación falsa a judíos en 1944 salvando así unas sesenta mil vidas aproximadamente.


Doblando la esquina la ruta recomienda ir a ver un inmenso Mural de 1000 m2 pintado en 2013 para conmemorar el 60º aniversario de la victoria futbolística del "equipo de oro" de Hungría. Yo la verdad es que no le vi la gracia pues está en mitad de un parking de coches y para mi era una pintada sin mucho encanto....pero allí que fuimos.


Volvemos nuevamente a Dub utca y a pocos metros se encuentra la Gran Sinagoga, una de las construcciones antiguas más simbólicas de todo Budapest.


Debido a su tamaño se considera la segunda sinagoga judía más grande del mundo y la primera en el continente europeo. El aforo es de 1492 sillas para hombres y 1472 para mujeres, característica curiosa para este tipo de religión.
Para visitarla debes en primer lugar dejar cualquier comida que lleves encima en unas mesas habilitadas en la entrada. Los hombres además deben cubrirse con la kipá, el motivo es en señal de respeto puesto que Dios está por encima (al contrario que nuestra cultura que el respeto sería quitarse el sombrero si entras en un lugar de culto)


Una vez en el interior, las diferentes banderas muestran los idiomas en los que te podrán hacer la explicación del lugar y de la historia judía.


Su estructura recuerda a una iglesia católica puesto que la comunidad judía de la época estaba tan integrada que no quería que su templo fuese un elemento diferenciador (un rosetón central, los púlpitos de los laterales, el órgano. También hay elementos que recuerdan también a la Alhambra de Granada en la que tomó alguna inspiración su creador).


En 1990 se renovó gracias, principalmente, a donaciones privadas (destacó lo aportado por la famosa Estée Lauder, hija de inmigrantes judíos húngaros que donó la friolera de 5 millones de dólares) y en 1996 acabaron las reformas dejando la Gran Sinagoga tal y como la vemos a día de hoy.

Por uno de sus laterales se accede al Cementerio de la Sinagoga de Budapest. La tradición judía dice que nunca un cementerio debe situarse en las inmediaciones de una sinagoga, sin embargo es evidente que en este caso no se cumple. El motivo es que no hubo otro remedio, la sinagoga formaba parte del gueto de Budapest y era el refugio para mucha gente que acabó muriendo ahí y forzando la creación del cementerio. Las diversas columnas que rodean el cementerio muestran fotos históricas algunas de ellas humanamente impresionantes.


En la parte trasera de la Sinagoga se encuentra el Monumento Conmemorativo del Holocausto, erigido sobre las fosas comunes de quienes murieron a manos de los nazis. Fue abierto al público en 2004 para recordar a los visitantes los más de 400.000 judíos húngaros que murieron en la II Guerra Mundial.


La parte quizá más significativa de este parque es el llamado Árbol de la Vida. Un sauce llorón metálico, en cuyas hojas metálicas figuran los apellidos de miles de víctimas.


Otro de los monumentos significativos es la Escultura de Llamas que simboliza el significado en griego de la palabra holocausto (todo quemado)


Supongo que como muchas personas, al acabar de visitar un lugar con tanta carga de historia, con tanto contenido emocional, lo único que puedes pensar es que las nuevas generaciones lo tenga presente para no repetir nunca algo así (o ni siquiera un mínimo de parecido) en el futuro. Es la mejor enseñanza que podemos darles a nuestros hijos, y esa es la de ser respetuoso y ser buena persona.


Nos dirigimos andando con calma hacia el Puente de las Cadenas. Queremos atravesar y pasar a Buda puesto que la idea es dedicar la tarde al Distrito del Castillo.

Una vez cruzado el puente giramos a la derecha y caminamos por la calle paralela al río Sztenhlo Gábor rkp. Vamos callejeando con la intención de encontrar algún sitio con encanto para comer, pero no estamos teniendo mucha suerte pues muchos están cerrados, otros llenos y encima la lluvia de ayer ha dejado algunos charcos en el suelo que quizá podemos pisar :-)


Total que finalmente encontramos un restaurante japonés en esta misma calle, que parece tener sitio y que tiene las suficientes mesas ocupadas como para saber que no somos los únicos que entramos. Disfrutamos de la comida aunque no fuese lo que íbamos buscando. Además la elección nos dejó un bonito recuerdo de Martí comiendo con palillos por primera vez.


Continuamos ruta por la misma calle disfrutando de las impresionantes vistas del Parlamento.


Llegamos a la zona del muelle donde atravesamos la plaza y empezamos a ascender por empinadas calles con la intención de llegar a la Puerta de Viena. Las cuestas empujando un carrito fueron medio letales. Si juntas que no veíamos a nadie por la calle, que además lloviznaba durante algún ratito y que en el japonés que habíamos comido no había café, el resultado era que en algún momento deseábamos rodar hacia abajo. Menos mal que en una esquinita encontramos como solucionar el tema café y lo acompañamos de un par de bombas de dulces típicos para reponer energía.


Por fin llegamos a la Puerta de Viena, la entrada medieval al casco antiguo y podemos empezar a caminar por un terreno más llano. De hecho desde aquí lo único que haremos ahora será descender por el circuito que hemos elegido hasta llegar al funicular.


El edificio que hay justo al oeste alberga los Archivos Nacionales, construido en 1923. En caso de estar interesados se puede visitar entre semana reservando.


Atravesamos la plaza donde el fin de semana podéis encontrar un mercado y caminamos por la calle que alberga toda una hilera de casas burguesas. Os iréis encontrando varios rincones interesantes por esta zona, quizá lo mejor es dejarse llevar un poco por las calles sin perder la dirección que quieres seguir.


Por la parte inferior de esta zona hay dos atracciones curiosas. Por un lado el Laberinto del Castillo de Buda, un sistema de 1200 metros de longitud ubicado a 16 metros de profundidad. Ojo pues hay que llevar linterna y puede ser un tanto claustrofóbico.
Por otro lado está el Hospital en la Roca. De unos 2300 m2 alberga un museo donde conocer la historia del hospital y de la medicina militar. El objetivo del lugar es dar importancia a la paz, mostrando la cruda realidad de la guerra y dar homenaje a héroes cotidianos como médicos, enfermeras o voluntarios.


Nuestra intención era entrar, pero una vez descendimos por el ascensor que da acceso a la entrada, nos informaron que en este lugar no se puede tampoco entrar con menores de 6 años.

Así que volvimos a subir por ese mismo ascensor y continuamos camino hacia el Bastión de los Pescadores. Una curiosidad es que este "batión" en realidad se construyó como complemento a la Iglesia de Matías que se encuentra justo al lado y que ocupa el lugar central de la zona.


Subir al Bastión de los Pescadores y admirar las vistas de Pest, del Parlamento y de buena parte de la ciudad es uno de los imprescindibles si vas a Budapest. Suele estar muy concurrido y además de tener buenas vistas, la arquitectura es realmente de cuento.


La historia de la ciudad está representada en este lugar puesto que cuenta con 7 torres que simbolizan las siete tribus magiares que llegaron cruzando los Urales y se asentaron en este lugar dando lugar a Óbuda (más tarde Buda y que a posteriori conformó Budapest).


Veréis que hay un par de locales , por un lado una cafetería minúscula en la que es difícil encontrar sitio, pero muy recomendable para probar algún dulce típico. Por otro lado está el
Oscar American Bar con cerveza fría y algo para picar, así que nos dejamos tentar por esta última opción antes de bajar a coger el funicular.


Ya sólo nos queda dirigirnos al funicular y dar por acabado el día, nos merecemos un descanso en nuestro apartamento y un ratito de bueno gateo de Martí que ha descubierto que los cajones de la cocina se abren y está lleno de unos tupers de plástico super interesantes.




Toda la ruta AQUÍ

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