31 de marzo de 2018

Semana Santa en Budapest . Día 2 : Colina Géllert Y Mercado Central Budapest

Empezamos un nuevo día en Budapest y aunque el desayuno ha sido en  el apartamento, hemos descubierto una genial cafetería al lado de casa. De esas con encanto, que huelen a café hecho lento y pastas caseras y que además tienen unos cuantos rinconcitos encantadores reservados para peques.


No recuerdo el nombre, pero os puedo decir que estaba en Aradi utca, atravesando dirección río la Avenida Teréz, espero que la encontréis pues era genial.

Nos dirigimos hacía Avenida Andrássy donde queremos coger el bus turístico para hacer la avenida completa. Hoy pinta día de lluvia y creemos que es una buena opción. Ya os expliqué en el post anterior que NO fue una buena elección. (por si no lo has leido te dejo el enlace AQUÍ)  Nos hicieron cambiar de acera en varias ocasiones, esperábamos e iban a tope, etc. Al final lo conseguimos aunque para la dirección contraria: hacia la Plaza de los Héroes cuando nosotros queríamos atravesar a Buda. Al final lo conseguimos!!

Subimos hasta la Colina Gellért, una zona que goza de las mejores vistas del Castillo de Buda, el Danubio y Pest, además de contener los famosos Baños Gellért .


Como podéis ver el tema nos pillo lloviendo y las vistas quizá no eran las mejores, pero aún así valió la pena y como se suele decir "al mal tiempo, buena cara".

La Ciudadela que corona esta colina es una fortaleza donde jamás ha habido una batalla. La construyeron los Habsburgo después de la Guerra de la Independencia de 1848-1849 para defender la ciudad de otras insurrecciones, pero al acabarlo 2 años después, el clima político había cambiado y la Ciudadela no tenía sentido alguno.
Al este de la Ciudadela está el Monumento a la Independencia, una encantadora dama de 14 metros de altura que proclama la libertad de la ciudad. Se construyó en 1947 como homenaje a los soldados soviéticos que cayeron liberando Budapest en 1945 en la II Guerra Mundial. 


Es curioso como los nombres de los caídos se retiraron en 1992, ya con un  menor acercamiento al régimen soviético. Y además el texto inicial de "A la memoria de los héroes soviéticos liberadores erigida por el agradecido pueblo húngaro en 1945" se cambió por un texto mas neutral de "A la memoria de todos aquellos que sacrificaron sus vidas por la independencia, la libertad y la prosperidad de Hungría"


Descendemos con el bus hacía Pest, y puesto que es la hora de la comida buscamos algún sitio para poder comer y resguardarnos algo de la lluvia. Elegimos el restaurante Rústico, algo pintoresco y co comida típica. Está bastante cerca del Mercado Central de Budapest , que iremos en otro momento. Es hora de probar el  goulash (plato nacional de Hungría que es una sopa espesa con trozos de ternera, verduras y bastante paprika).


Ya con el estómago lleno y caliente, seguimos ruta. En este caso nos vamos hacía el Puente de la Libertad, un puente voladizo de color verde de 334 metros de largo. En cada uno de sus cuatro apoyos hay unas figuras llamadas "Turul" que son unas aves míticas húngaras. Si tenéis opción de verlo por la noche iluminado es realmente bonito.


No sé si os pasa, pero a mí las ciudades con ríos me parecen siempre super románticas y Budapest no es una excepción, si además le sumas sus edificios y  su historia, te acabas sintiendo medio Sissí de camino a unos balnearios.


Cruzamos el puente para dirigirnos hacia el Balneario Gellert, no íbamos a entrar puesto que no era viable con un bebé, pero sí que queríamos ver la zona.


Es uno de los balnearios más conocidos y de los más bonitos de la ciudad. Se encuentran en el hotel con el mismo nombre, aunque puede accederse desde un lateral. Se construyeron en 1918 y posteriormente se ampliaron en 1927. Si consultáis guías de viajes, seguro que podréis encontrar otras opciones que sean quizá más económicas, menos concurridas e incluso mejores en las instalaciones dado que estas están algo anticuadas.

Justo delante está la Iglesia Rupestre, excavada dentro de una cueva y sede de la orden paulina  en Hungría hasta 1951, cuando los comunistas arrestaron y encarcelaron a los sacerdotes y sellaron la cueva. Se volvió a reabrir en 1992 y hoy en día se puede visitar.


Vale la pena también las vistas desde la propia capilla.


Sigue lloviendo, nuestro plan de subir la colina queda suspendido y lo cambiamos por ir caminando hasta nuestro apartamento. Elegimos ruta de vuelta para aprovechar y ver algunas calles nuevas, y os dejo aquí una pista de quien prepara las rutas de manera habitual.


Ruta elegida e incluye alguna parada para probar los Kürtöskalács, un postre que es conocido como el más antiguo de origen húngaro. Es una masa enrollada en un cilindro, que se cubre con azúcar y se mete en un característico horno hasta formar una capa crujiente por fuera y blandita por dentro. Hay muchos puestos callejeros que lo venden y también en algunas cafeterías. Optamos por esta segunda opción puesto que el tema lluvia se estaba complicando.


Al final la opción será volver por el camino más rápido aunque sea el conocido, de hecho vamos atravesando la Plaza Vörösmarty que fue donde cenamos ayer. Hoy con la lluvia está mucho menos concurrida y aprovechamos para fotografiarnos con las letras de la ciudad.


Por hoy acabamos ruta y nos vamos a nuestro apartamento a descansar, jugar un rato y organizarnos para el siguiente día.

Toda la ruta AQUÍ

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