10 de septiembre de 2010

Unos días por Berlín

Berlin, capital alemana, una de las ciudades con más historia en sus calles, en sus edificios y en su gente. Una ciudad marcada durante 28 años por un muro de 45 kilómetros que la dividía, la marcaba y que a día de hoy sigue impactando y sigue presente para nunca olvidar lo que representó. Una ciudad marcada también por ser la capital nazi de Hitler, por sus terrores y por los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial.



Pero a día de hoy Berlín no es sólo toda esa historia, sino también una capital cosmopolita, una ciudad que disfruta de sus exteriores, un referente en la moda que se nota en sus tiendas, un canto a la libertad durante tanto tiempo silenciada y un lugar que sin duda atrae a quién lo visita de tal manera que seguramente hace que se quiera repetir.


Os presentamos una paseo que os permita ver lo más representativo de la ciudad, además de algunos lugares de interés que se encuentran a los alrededores y que vale la pena el pequeño trayecto en un organizado transporte público. Os recomendamos dejar uno de los días para alguna de las excursiones que se pueden hacer en bici por la ciudad. Muchas de ellas las podéis contratar en alguna de las agencias que hay en la famosa y céntrica Alexanderplatz donde se encuentra la omnipresente torre de Televisión.
La mejor época para visitar la ciudad es en primavera o a finales de verano, donde el clima deja disfrutar con tranquilidad de sus calles y terrazas. En invierno las temperaturas son bajas y por lo tanto menos agradables para el paseo.
Como siempre el número de días que estemos en la ciudad, va a marcar el ritmo de lo que queramos ver. Para desplazarse se puede usar tanto bus, bici o el fácil metro.



Para tener una pequeña pincelada antes de dejaros una ruta aconsejable, os comentamos lo más relevante de cada uno de sus distritos:
  • Mitte: el centro histórico y el núcleo de la antigua Berlín Oriental.
  • Charlottenburg: el corazón de la ciudad occidental.
  • Friedrichshain - Kreuzberg: asociado a la cultura juvenil de izquierdas, los artistas y bohemios así como la mayoría de inmigración turca. Hay muchos cafés, pubs y discotecas.
  • Prenzlauer Berg: zona moderna y de moda.
  • Schöneberg: el barrio hippi por excelencia, famoso por sus mercadillos de fin de semana y su estilo de vida.
  • Zehlendorf: Zona universitaria, de museos y algunos edificios históricos.
Para ir siguiendo un circuito más o menos organizado seguiremos el que indica la guía Lonely Planet, por ser el que seguimos y por encontrarlo muy acertado, cada uno que lo organice a su aire y evidentemente fraccionándolo por los días que le interese.

Empezamos en Potsdamer Platz, en la zona de Tiergarten, se trata de una zona moderna, juvenil y turística. Está marcada por el impresionante edificio de Sony Center, para en su plaza central y observar la cúpula que lo corona (si tenéis la oportunidad de ir por la noche es aún más impactante). 


Se sube por la calle Ebertstr y pasáis justo por delante del Monumento al Holocausto ya dentro del mítico barrio de Mitte; se trata de un monumento dedicado a las víctimas judías del genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial, ocupa la extensión de un campo de fútbol, una red de 2711 bloques rectangulares de hormigón de diferentes alturas que simula un gigantesco cementerio, al que se puede acceder desde cualquier punto de las calles y deambular por dentro, lo que os aseguramos produce una extraña sensación.


Se sigue hasta la Puerta de Bradenburgo, en su día la frontera entre Este y Oeste y desde 1989 convertida en emblema de la reunificación alemana. Es el lugar donde los berlineses dan la bienvenida al nuevo año así que si coincide que estáis un fin de año por allí, pues acercaros sin olvidar un buen abrigo, gorro y guantes.


Justo delante está la arquitectónica Pariser Platz, con emblemáticos edificios de famosos arquitectos. Por esta zona encontrareis además del Monumento a las Victimas del Muro, toda una serie de puntos que marcan alguna determinada muerte de aquellos que intentaban librarse del régimen comunista alemán.


Desde allí la mejor opción es ir al Reichstag o Parlamento alemán, en la actualidad es necesario reservar con anterioridad. Es una visita más que recomendable, tanto por el edificio, con su rampa llena de espejos que dan un juego al entorno, como por las vistas que hay desde la parte superior.


Podemos dirigirnos hacia el histórico boulevar Unter den Linden que llega hasta el Puente del Palacio, una calle llena de tilos que le dan el nombre. Hay varios edificios singulares, si vais siguiendo el recorrido los encontrareis y algunos son visitables (exposiciones, etc). En el número 42 encontráis el Café Einstein de estilo clásico y donde comer un alucinante strudel (pastel de manzana, pasas, nueces y canela).

Bajamos por Friedrichstr donde pasamos por algunos centros comerciales emblemáticos y llegamos a Checkpoint Charlie, puesto fronterizo del sector americano durante la guerra fría, un famoso punto de huidas y de intercambio de espías. Explica el enfrentamiento que en octubre de 1961 tuvieron tanques estadounidenses y soviéticos y que amenazó al mundo con una Tercera Guerra Mundial.
Este punto se reconstruyó en el 2000 y el original se puede ver en el cercano Haus am Checkpoint Charlie Mauermuseum, no muy lejos de este punto y que muestra una exposición de la historia del Muro de Berlín y de gente que logró traspasarlo.


Otra opción es continuar el boulevar Unter den Linden y dirigirse hacia la denominada Isla de los Museos (en enero y agosto se celebra La Larga Noche de los Museos, donde por un precio de unos 12€ puedes visitar todos los museos hasta las 2 de la madrugada). En esta zona tenéis 5 museos entre los que se encuentran el Altes Museum (antigüedades clásicas) y el Neues Museum (arte egipcio y primitivo) entre otros que no os podemos comentar por no haberlos visitado.



Al otro lado está la Catedral de Berlín donde podemos subir hasta la cúpula si quedan ganas de caminar,  el esfuerzo es considerable pero las vistas desde arriba también.



Llegamos desde allí a Alexanderplatz, en su día el núcleo comercial de Berlín oriental y hoy una inmensa explanada. Está dominada por el Fernsehturm o torre de televisión de 365 metros de alto (puede visitarse subiendo a ella e incluso visitando el restaurante que hay a 200 metros y que gira sobre el eje cada 30 minutos)
Subimos hacia el corazón de Mitte por Münzstrasse hasta llegar a Häckesche Höfe un edificio que no podemos perdernos los patios interiores (ocho en total), donde no sólo admiramos la arquitectura del lugar sino también tiendas de autor que hay en ellos, bares donde picar o tomar algo.


Desde aquí se puede seguir subiendo por Orienburger Strasse, donde se aprecia el otro arte de la ciudad, edificios ruinosos con colecciones impresionantes, locales de jazz, antros rockeros, restaurantes étnicos, etc. Recomendable el Café Zapata para ver alguna de sus actuaciones en vivo mientras tomas una cerveza o una Weissbier que es cerveza mezclada con zumo de plátano muy popular entre los jóvenes berlineses.


Tomar el bus o metro para llegar al Museo Judio más grande de Europa y una de las visitas imprescindibles de la ciudad. El edificio, sin ventanas y con paredes en zig zag, es ya de por si impactante. Se recorre la historia del pueblo judío y hay como es evidente, una sección dedicada al Holocausto del que fueron victimas los judíos.


Otra de las recomendaciones para Berlín que ya había anticipado es el recorrido en bici que puedes hacer visitando buena parte del Muro de Berlín que a día de hoy queda en pie.  Encontrarás varios puestos donde te venden las excursiones, así como miles de souvenirs por las calles que venden trozos de muro "auténtico" (si eso fuese así el muro hubiera sido todavía más grande).


La excursión es altamente recomendable, os explicarán algo de historia y seguro que visitáis puntos interesantes. Os dejo una mapa del muro original, donde están marcados los puntos donde se conserva. Una curiosidad es que por todo Berlín está indicado en el suelo el lugar que ocupaba el muro, en la foto podéis observar a qué me refiero.



Alrededores de Berlín.
A pocos kilómetros de Berlín se encuentran dos visitas a realizar, una recomendable y la otra casi obligatoria. Se trata de Postdam y del campo de concentración de Sachsenhausen.

Por un lado Postdam representa una visita es una ciudad elegante, de arquitectura prusiana, llena de parques y jardines. La visita más común es el parque de Sanssouci, lleno de zonas verdes y diversos palacios. Para visitarlo mejor o llegar temprano o reservar las entradas puesto que tienen un acceso limitado.
Tenéis una oficina de Turismo donde poder pedir planos y así hacer la visita más sencilla.


El campo de concentración de Sachsenhausen es una visita a mi entender imprescindible. Abierto en 1936 en lo que en su día fuese una fabrica de cerveza, se describió por los nazis como el campo de concentración "modelo". Las puertas del campo están marcadas por el macabro lema de Arbeit Macht Frei (el trabajo os hará libres).


La visita pone los pelos de punta, desde varios monumentos en memoria a la gente que allí murió, pasando por barracones donde se amontonaban las personas que allí quisieron deshumanizar, por el temido "monstruo verde" que es el edificio donde se instruían las temidas SS, museos con exposiciones sobre el lugar, la antigua cámara de gas, la prisión donde los castigos eran si cabe más brutales y el horripilante centro sanitario donde lo que se hacía era experimentar horrores con los prisioneros encaminados a conseguir la famosa raza aria.




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