7 de marzo de 2014

París Mon Amour - Día 3 la cultura nos persigue

Seguimos disfrutando de la ventaja del París Pass, y hoy toca el día cultural por excelencia. Decidimos coger el RER (tren) C justo a los pies de la Torre Eiffel (ojo con esto, porque hay una pequeña entrada muy cerquita de los pies de la torre, sin embargo es fácil pasarla y tener que caminar hasta la estación principal del RER y metro que está bastante más lejos (la estación de Champs de Mars-Tour Eiffel)
De aquí vamos a la entrada del Museo de Orsay, son tres paradas así que estás en minutos. Con el París Pass te saltas la habitual cola y pasas para adentro. La antigua estación de trenes de Orsay es a día de hoy uno de los mejores museos de pintura impresionista y post impresionista del mundo. No podrás hacer casi ni una foto, así que disfrútalo. Es curioso ver algún que otro artista haciendo copia de alguno de los cuadros expuestos.



En la entrada tienes guardarropía gratuito, esto no lo hemos comentado, pero está en casi todos los museos que visitamos y es super práctico puesto que puedes dejar la mochila y/o las chaquetas que seguro que no vas a necesitar dentro del museo.
En la parte superior del museo hay un bar-restaurante donde tomar algo, es curioso porque está justo en lo que sería uno de los relojes que se ven desde el exterior. El otro reloj está al final de la sala, con unos sofás increíbles para tumbarte ( siiii tumbarte!!!)


Seguimos con nuestro día cultural y nos vamos hacia el Panteón, antigua Iglesia posteriormente convertida en necrópolis: Victor Hugo, Émile Zola, Marie Curie están reposando en la planta baja del edificio.



Justo en la parte trasera está una bonita Iglesia que podéis entrar a visitar, se trata de la Iglesia de St Étienne du Mont.


Si volvemos a la puerta principal del Panteón y seguimos toda la calle hacia delante podemos caminar po rla zona y recrearte con el ambiente universitario parisino. De hecho no muy lejos está la más que famosa Universidad de la Sorbona.

Llegamos al Barrio Latino, uno de los mejores sitios para comer. El nombre del barrio se debe precisamente a que en su día, se creó aquí la Universidad de la Sorbona y el idioma académico por ese entonces era el latín. Al llenarse la zona de gente que hablaba latín se le dio el nombre de barrio latino que perdura hasta ahora.
Las plazas, explanadas, bancos, etc; están llenas de estudiantes sentados al sol que combinan su descanso con el tuper preparado en casa o bien alguna comida take away que hay cogido por la zona.

Llega el momento de hacer el recorrido completo del bus turístico. Este tipo de bus siempre nos ha parecido un poco hortera además de que normalmente es caro. En este caso iba incluido con el París Pass y le hemos encontrado dos ventajas; la primera sirve para situarte un poco sobre las distancias reales entre diferentes puntos de interés y la segunda es tener la posibilidad de ir subiendo y bajando tantas veces como quieras. Si fuese sólo un recorrido sin más no acabamos de verle la gracia.
La última parada coincide con Trocadero y allí con el Museo de la Arquitectura, os recordamos que el 50% del equipo es arquitecto y el otro 50% necesita un libro de instrucciones para leer un plano (excepto los de ciudades, ahí una audaz experta!!!) pero hay que admitir que vale la pena. Se trata de un recorrido histórico por este arte, que te permite ver piezas enteras de fachadas de iglesias y otros edificios y que en la parte superior tiene una recopilación de arquitectura contemporánea bastante interesante.


Para no parar nuestro día cultural decidimos ir a EL MUSEO, así con mayúsculas. El Museo del Louvre  es el mayor de París y una de los mayores del mundo. Su edificio era antigua sede real, hasta que el niñato Rey (Luis XIV fue rey siendo un niño) decidió primero ampliarlo construyendo el ala nueva que hoy es la zona donde se situa la famosa piramide que hace de entrada al museo; y luego decidió que la chabolita no le llegaba y mandó construir el Palacio y Jardines de Versalles donde tenía controlada a la burguesía para evitar que su cabecita se separase del cuerpo.



El Museo da para un día entero, es inmenso y si quieres no te lo acabas. Pero nosotros decidimos hacer una mini intrusión, viendo el edificio y sólo algunas de sus piezas más destacadas: la Gioconda,   Las Bodas de Caná, algo de Durero, las esculturas de la Venus de Milo y la Victoria de Sanmotracia (que no conseguimos ver pues se estaba restaurando) y un paseo general por la impresionante colección de arte Egipcio y Mesopotámico que tiene el museo gracias a esas maravillosas expoliaciones durante muchos años de gloria....ejem, queríamos decir gracias a ser unos grandes recuperadores y conservadores de arte mundial.



Un par de consideraciones antes de realizar esta visita: la primera es que el museo abre hasta las 22:00 horas los viernes, pero eso lo sabe todo el mundo así que si vas a las seis que es cuando han cerrado el resto de museos y otros edificios de la ciudad, te vas a encontrar una cola de lujo. MORALEJA: vete antes que no hay casi nadie en la mayoría de los casos.
Otra consideración es que hay una segunda entrada no tan conocida y que puedes utilizar en caso de que la cola sea deprimente. Vas a la Rue de Rivoli y buscas un toldo rojo que no destaca demasiado que es la entrada al Centro Comercial Carrousel du Louvre. Ahí es donde puedes ver la parte baja de la pirámide y es donde está la pirámide invertida (los que hayáis visto o leído El Codigo da Vinci os sonará el recinto) y justo ahí hay otra entrada al Museo que no es muy conocida entre los turistas y que suele ser bastante más rápida.

Para finalizar el día, decidimos hacer el típico y recomendable paseo en barco por el Sena, se trata de un recorrido de 1 hora y media. Aquí va a gustos, hay quien prefiero hacerlo por el día y nosotros creemos que la mejor hora es al anochecer donde los edificios se iluminan, el río parece tener más encanto y las orillas continúan con un ambientazo con grupos que van a hacer sus reuniones allí, gente a cenar, a tomar algo (en teoría tanto aquí como en el Jardín de Tullerias está prohibido el botellón, pero pasa como en tantos otros sitios donde lo prohibido es relativo).
Lo barcos salen de los pies de la Torre Eiffel y llegan hasta la Isla de St Louis donde dan la vuelta para hacer el recorrido inverso y continuar explicando anécdotas de los monumentos que vas viendo, las historias de los puentes bajo los que pasas y alguna que otra leyenda o realidad.
Otra opción es mirar de hacer cena en el barco, el recorrido es más largo y no podemos informaros mucho pues no conocemos ni menú. ni precio, ni calidad...quizá la próxima vez ;-)





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