Nuestro segundo día en Moscú empieza con bastante sol que irá desapareciendo por suerte para nosotros pues hay muuucho para visitar.
Hoy tenemos una propuesta variadita y a diferencia del día de ayer, tendremos que movernos más por la ciudad, para lo que usaremos el metro.
De hecho aquí viene la primera de las atracciones, y es que hay estaciones del metro de Moscú que son bastante imprescindibles de visitar. No en vano se le conoce como el Museo del Pueblo y es que ojalá todo el arte fuese para todo el pueblo en cualquier sitio. Ahora os podría meter una charla sobre el comunismo, sobre la idea y esencia y sobre como se pone en práctica de manera siempre bastante torpe, pero para hablar de política no hemos venido, no?
La mayor parte de las mejores estaciones están en la línea 5 (circular). En nuestro caso la mejor opción era ir al inicio de calle Arbat que está cercana a nuestro apartamento y allí ya alucinar con la parada de Arbatskaya que pertenece a la línea 3 (azul).
De ahí se trata de ir a visitar las paradas según vuestras preferencias, podéis preparar previamente la ruta y descartar las que vais a ver si o si de camino a alguno de los puntos turísticos a los que seguro que os vais a dirigir.
Por recomendaros algunas os dejo aquí una listita de las que yo creo que son las mejores:
- Arbatskaya
- Kiyevskaya
- Mayakovskaya
- Novoslobodskaya
- Taganskaya
- Porspekt Mira
- Komsomolskaya
- Ploschad Revolyutsii
- Park Kultury
De ahí nos vamos al mercado de Izmailovo, lugar donde puedes comprar frikadas varias para recordar tu viaje a este país. Una matriuska, souvenires de la época comunista, camisetas del país, etc.
Debéis tener en cuenta que este mercado ofrece lo que ofrece y nada más. Os digo esto porque yo cuando llegué me quedé un poco decepcionada. Esperaba un gran mercado al estilo los famosos mercados thailandeses o incluso los bazares árabes pero a lo comunista. No es así, el mercado no es que sea inmenso, hay algunas paradas que no abren en según que época del año y para nada estaba lleno de gente dando aquel ambiente de mercadillo.
En mi caso si volviese a Moscú no volvería al mercado, así que vosotros mismos tomáis la decisión en función del tiempo que tengáis.
Decidimos coger metro e irnos hacia la colina Poklonnaya donde visitaremos uno de los lugares más emblemáticos de la historia rusa: el Parque de la Victoria.
Durante años de la Segunda Guerra Mundial, el arquitecto Chernikhov ideó una propuesta para crear un monumento que rindiera homenaje a la hazaña del pueblo ruso pero a Stalin no le gustó. Posteriormente el mariscal Zhukov diseño un gran gran complejo para rendir homenaje a la Guerra Patria.
Por último fue el propio pueblo ruso quien en los años 80 reunió la suma de dinero necesaria para empezar el proyecto (194 millones de rublos en donaciones!!!) que finalmente de inauguró el 9 de mayo de 1955.
El edificio principal es el Museo de la Gran Guerra Patriótica (es como los rusos llaman a una parte de la Segunda Guerra Mundial). En mi caso no lo visité, pero creo que fue un error no hacerlo puesto que me parece muy interesante lo que hay en él.
El callejón principal tiene diversas fuentes con un total de 1418 chorros de agua que representan el número de días que duró la guerra y por la noche se ilumina de color rojo en memoria por la sangre derramada.
En el centro del parque hay un gran obelisco de casi 142 metros de altura que hace honor a los vencedores. En la parte superior la dios Nike y a los pies San Jorge victorioso sobre el dragón.
Se nos pone a llover, así que vamos a aprovechar para tomar alguna cerveza en los alrededores del parque y pensar nuestra próxima parada.
El sol parece que se vuelve a animar, así que nos decidimos a voltear por el centro. Nos queda por ver los alrededores de detrás de la Catedral de Kazan (ver post AQUÍ) y allí nos vamos con la intención de callejear, ver algunas de las avenidas de la zona y pasar por un supermercado para coger provisiones para el apartamento, que resultó ser una anécdota bastante sorprendente y que daba para reflexionar.
Nos topamos con una zona de relax, decorada muy a lo ruso (es decir, en exceso para mi donde podemos ir viendo a la gente pasar y disfrutar un rato de las vistas a la vez que hacemos algo el friki.
En esta zona está la Puerta de la resurrección, el Monasterio Zaikonos Spassky y varias avenidas dignas de ver y muy ambientadas.
De camino al apartamento donde queremos relajarnos, cenar y simplemente tomar fuerzas para poder irnos por la noche a la Plaza Roja y verla iluminada, nos paramos en un supermercado para comprar. Fue muy extraño ver las estanterías vacías en varios pasillos, la escasez de productos y de variedad de ellos. Estamos tan acostumbrados a llegar al estante de chocolates y tener decenas de opciones: con leche, % de pureza, con lacasitos, con galleta incluida, blanco, blanco con frutos rojos, etc
Pero es la realidad, no en todos los lugares hay las mismas opciones, ya no sólo a nivel económico que es más que obvio, sino que incluso siendo un país "rico" donde sus habitantes podrían comprar de todo y que de hecho ahora es moda que compren unas casas en las costas catalanas que ya las quisieras tú para ti; pues simplemente no pueden hacerlo porque no siempre es tan sencillo y porque la cultura reciente pesa mucho
Después de nuestro descanso, nos vamos a una de las visitas que NO debéis dejar de hacer. Muchos lugares, son recomendables de visitar tanto de día como por la noche. Pues en el caso de la Plaza Roja de Moscú no es que sea recomendable, es que es OBLIGATORIO.
Es realmente espectacular ver todo el iluminado de la plaza. La Catedral de San Basilio llena de luces, el Kremlin, las Galerias GUM con centenares de bombillas que recorren su silueta.
La noche acompañaba, supongo que en pleno invierno ha de ser más complicado, y estábamos bastante gente que simplemente nos sentamos en mitad de la plaza a observar toda aquella bonita imagen.
Al llegar vimos que habían una vallas que más tarde descubrimos su sentido, y es que a cierta hora (no recuerdo si media noche un coche de policía va pasando para avisarte que es hora de marchar puesto que cierran todo el perímetro de la plaza.
Por lo tanto optamos por seguir caminando por los alrededores y despedirnos de esta zona.
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