28 de diciembre de 2014

Los jueves al pincho en Pamplona

Esto de salir los jueves no es una novedad cuando hablamos de una ciudad universitaria, se trata de una tradición que cuando eres universitario sabes mejor que el horario semanal de clases, el precio del crédito, el plan de estudios o donde está la biblioteca.
Lo novedoso aquí es que no sólo es para universitarios (que los hay y muchos) sino que es apto y recomendable para todos los públicos.
Imaginad juntar dos deportes nacionales de esta tierra: salir y comer. Pues eso es lo que ofrece el Juevintxo, una variedad de bares que nos ofrecen maravillas culinarias en miniatura acompañadas por un vino o zurito y a un precio de escándalo, 2 euritos que nunca dieran tanto de sí.



La iniciativa lleva unos añitos desde que se inició por la Asociación de Hostelería de Navarra y el Bar Bodegón de Sarria,  y parece que se ha implantado con éxito. Empezaron los bares de la calle Estafeta (sin pérdida para llegar, es el pleno centro de la ciudad) y se unieron otras como Calle Comedias o San Nicolás. Se trata de un día que complementa a las salidas habituales de fin de semana donde hacer unas cañas con pincho ya era algo normal en una ciudad como Pamplona; visitada por locales, universitarios, turistas y por peregrinos (ver Camino Santiago)


El Juevitxo es una oferta de caña o vino y pinxo a 2 euros, son calles llenas de gente charlando, es hacer ruta para ver el mejor pincho de la noche, es hacerte sitio en alguna barra para poder ver el escaparate culinario donde poder elegir, es risa y es romper la semana antes que llegue el finde con toda su oferta de ocio o descanso.
Locales y turistas sorprendidos que no conocen está nueva tradición se mezclan llenando los espacios, hay que reconocer también que en muchos casos dejando un gran trabajo por hacer a los limpiadores que llegarán después...pero vamos que somos asi y no hay quién lo cambie, aunque nos eduquen un poquito dejando papeleras por todos lados.


Tenéis incluso una APP para la ocasión, para no andar tan perdidos, aunque es fácil orientarse: basta con seguir a la gente hacia el casco antiguo e ir parando en los bares que más os apetezca o que seáis capaces de haceros hueco.



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