6 de marzo de 2014

Paris Mon Amour - Día 2 iniciando la maratón

Hoy empieza nuestro Paris Pass y hemos podido planificar algo el día (recordaros la recomendación de reservar el Paris Pass con tiempo y así os envían a casa todo lo necesario para que os organicéis la visita)
Para ir de Trocadero hasta el centro de la ciudad recorriendo la ribera del Sena, se puede coger el autobús número 72, mucho mejor que ir en metro.
En la estación de metro pide un mapa de metro y bus y pronto sabrás que ir por encima es mejor cuando no hay tráfico. También con el Paris Pass tienes incluido el uso de Les Cars Rouges, que es un bus turístico que pasa por los puntos principales de la ciudad y que te permite bajar y subir en cada uno de los puntos que desees y tantas veces como quieras (ojo, puede no ser lo más práctico cuando vas a un punto concreto pues no hace el recorrido más corto entre puntos, sino el más turístico).



Nuestra primera parada es para ver la Saint Chapelle. Está en la conocida Ìle de la Cité, que es donde se creó París (el nombre viene de la tribu de los parisiens que se estableció allí), en esta zona hay muchos de los puntos más turísticos de la ciudad. La Iglesia es para nosotros es una de las más bonitas que se pueden ver y por tanto vale la pena aunque tengas que hacer algo de cola. Si vas con Paris Pass no te libras de la primera cola que hay a nivel de calle, es para pasar por el punto de seguridad obligatorio (en el mismo recinto está el Palacio de Justicia), pero luego tienes entrada preferente a la iglesia).


La primera planta es bonita, pero al subir a la segunda sabrás lo que es un auténtico espectáculo de vidrieras de colores que dejan entrar la luz del sol. No hay paredes, sólo un total de 15 vidrieras más la central que representan varias escenas religiosas que se leen de izquierda a derecha y de abajo a arriba.


Cruzando la calle tendremos la Plaza de Notre-Dame y la famosa Catedral de Notre-Dame. La plaza está llena de gente y de fotógrafos que quieren inmortalizar la famosa catedral. En la misma plaza está la placa indicativa del kilómetro 0 desde donde se miden las distancias por carretera a los diferentes puntos del país.



La entrada a la catedral es gratuita, pasear por ella es pasear por la historia. En ella se celebraron buena parte de eventos de la época. Admirar el rosetón principal, como entra la luz por él, es una gozada.


Para subir a la torre sí hay que pagar. Compras la entrada dentro de la Catedral y sales al lateral izquierdo (con el París Pass está incluida la entrada, pero no tienes pase exprés y por lo tanto hay que hacer cola) Es super recomendable ir temprano para evitar la espera de la aglomeración. Subes hasta arriba para descubrir unas vistas increíbles de la ciudad y para ver las famosas gárgolas, que sirven de desagües además de ahuyentar  los demonios que quieren entrar en la catedral (dicen que el diablo huye al ver su propia imagen). También verás las famosas campanas de Notre Dame, donde según el libro Cuasimodo de balanceaba mientras las tocaba y observaba el va y ven de la ciudad.




Una vez has conseguido bajar todas las caracoleadas escaleras, si cruzas el Pont D'Arcole pasarás por delante del Hotel de Ville. Las calles de alrededor están llenas de terrazas donde tomar alguna cosa o comprar algo para llevar (en lugar de ir por la misma calle hasta el Museo Georges Pompidou os recomendamos callejear y encontrareis bonitas terrazas) Si se opta por coger algo para llevar, es una buena opción caminar hasta la explanada situada justo delante del Pompidou y sentarse allí viendo el ambiente y los espectáculos callejeros que suelen haber en ella.


Una vez ya te has dejado ambientar desde el exterior, toca entrar y sorprenderte con el interior. El edificio y su diseño del arquitecto Renzo Piano son impactantes, así como la distribución interior y algunas de sus exposiciones que van muchas de ellas en consonancia con la ubicación. En su día no gustó mucho primero por su aspecto (lo apodaron "la refinería") y segundo porque para hacerlo se tiró abajo una parte del barrio Le Marais.


Dentro hay exposiciones permanentes de todo tipo, suelen haber actores representando alguna pequeña escena por las propias instalaciones, en la planta baja hay una cafetería con vistas a la sala de entrada principal que sirve para una pausa, en el tercer piso hay también exposición y normalmente en el último piso hay alguna exposición temporal que en muchos casos funciona con entrada separada.


Además en este piso hay un increíble restaurante con vistas exteriores y una variada carta que aunque no es barata tampoco es prohibitiva.


Nuestra siguiente parada fue ir hacia el Arco del Triunfo. Empezando por la Plaza de la Concordia donde en su día se situó la famosa guillotina y donde rodaron famosas cabezas históricas, se puede ver a lo lejos, en el otro extremo de la Avenida famosa por excelencia de la ciudad Les Champs Elysees, el Arco del Triunfo que en su día Napoleón encargó construir para poder pasar debajo de él a la vuelta de sus victoriosas contiendas.

La Avenida tiene en total casi 2 kilómetros de tiendas, boutiques, restaurantes, espectaculares casas de vehículos, etc. Vale la pena un paseo por ella hasta su extremo opuesto y si podéis hacerlo al atardecer llegareis justo al Arco en el mejor momento. Subir arriba coincidiendo con la iluminación de las 12 avenidas que lo rodean es una buena decisión.
El Arco es casi un símbolo nacional, en su parte inferior, a pie de calle, también se sitúa la Tumba del Soldado Desconocido de la Primera Guerra Mundial, con la llama eterna encendida gracias a la ayuda de asociaciones y familiares de ex-combatientes.


Tomando el bus turístico bajamos haciendo un recorrido hasta Trocadero, allí el ambiente no para durante la noche. Decenas de personas se acercan hasta la zona para ver el espectáculo del encendido de luces de la Torre Eiffel. Las vistas desde aquí son geniales. Caminando muy poco podéis bajar hasta los pies de la Torre y sentaros un rato a contemplar el ambiente.

Nosotros acabamos la noche aquí, hoy es un día especial y vamos a la casa de nuestros anfitriones que tienen preparada una espectacular cena y un pastel de cumpleaños riquísimo: MERCI PAULO, CARLA, ANDRÉ E CATARINA.



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